Seguimos con algunos consejos para aprender a jugar a la ruleta y encontrar toda esa magia del juego más antiguo de los salones recreativos.
Si ya empezaste a jugar a la ruleta y la cosa fue bien, entonces lo ideal es que cuando obtengas beneficios, retires tus ganancias y las guardes aparte. Continúa apostando la cantidad de dinero que determinaste desde el inicio. Estos beneficios son los que van a quedarte al finalizar y es lo que te dará un saldo positivo en vez de un saldo negativo, con lo cual, no cumplas con la tentación de tocarlos o de apostarlos en el mismo momento de lo contrario vas a perder el control de cuánto dinero has apostado en total.
Si eres principiante, lo mejor que puedes hacer es comenzar con las apuestas externas, es decir, apostar por si la bola va a caer en una casilla de color rojo o negro, si serán números pares o impares o si serán números altos o bajos. Esto es una forma de perder menos dinero. Aunque los beneficios son bajos, es una buena forma de iniciarte y de comprender mucho más a fondo cómo va todo el sistema de la ruleta. También puedes combinar por ejemplo dos apuestas externas, es decir apostar por negro par o similar.
Hay una estrategia muy buena que puedes aplicar cuando hayas apostado varias veces y se trata de lo siguiente: Si apuestas por una casilla en particular como por ejemplo una casilla de color rojo y la bola cae en una casilla de color negro, en la siguiente apuesta, sigue con la casilla roja pero coloca el doble de dinero que apostaste al inicio, es decir, si en la primera apuesta colocaste una ficha, entonces en la segunda colocarás dos fichas. Si vuelves a no tener suerte y la bola cae en la casilla del color contrario, vuelve a duplicar lo apostado. Sigue así hasta que la bola caiga en la casilla de tu color. De esta forma vas a recuperar lo que estuviste perdiendo y además obtener beneficios. Lo ideal para esta estrategia es comenzar apostando la mínima cantidad.
Como verás, jugar a la ruleta puede ser muy interesante y apasionante. Poco a poco te irás perfeccionando y conociendo nuevas estrategias. De observar cómo juegan tus adversarios también se aprende.
