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La historia de las máquinas tragaperras (Parte 1)

La historia de las máquinas tragaperras nos expresa que hace muchos años atrás las mismas no se encontraban tan disponibles para todo el mundo como podemos notar hoy en día sino que sólo se podían jugar en los casinos presenciales. Para conocer la fecha de creación de la primera máquina tragamonedas tenemos que remontarnos al año 1887 del siglo XIX, cuando el ingeniero alemán Charles August Fey había emigrado a California.

A este ingeniero le ha costado cerca de diez años construir la primera máquina tragaperras a la cual llamó Campana de Libertad. La misma era muy avanzada para su época. Estaba compuesta por tres rodillos cilíndricos que tenían cuatro símbolos. Además, había un cajón para insertar el dinero en forma de monedas y una palanca manual con la cual se activaba el mecanismo del juego. En base a reportes de entonces, los jugadores recibían premios iguales que exponían los símbolos dibujados en los rodillos, además de bebidas y otro tipo de premios.

Según otros reportes de la historia de las máquinas tragaperras, las primeras de ellas tenían varios compartimentos análogos a cajones que se abrían al ganar un premio. En éstos había premios pero no dinero. Los premios con dinero no se podían ganar tan fácil en aquella época ya que los rodillos se movían demasiado rápido y no se detenían tan fácilmente. El premio máximo era de medio dólar que es demasiado pequeño si se lo compara con los premios actuales.

Debido a que las primeras máquinas tragaperras se han popularizado muy rápidamente, su gran éxito ha generado la creación de otro tipo de máquinas muy parecidas. En 1891, los empresarios Sittman y Pit de Brooklyn, Nueva York, comenzaron a fabricar máquinas tragaperras adicionales. Eran unas máquinas de póker que no proveían premios de dinero sino bebidas y cigarros en los bares donde estaban puestas. Poseían cinco rodillos con 50 cartas de póker. Los premios salían cuando los jugadores tenían buenas manos. Algunas cartas funcionaban como multiplicadores de premios, como ser el 10 de picas y la Jota de corazones.

La historia de las máquinas tragaperras además nos cuenta que en 1907, un fabricante de Chicago de nombre Herbert Mills, observando el gran potencial de las máquinas tragaperras, comenzó a producir las máquinas Operator Bell. El mecanismo de esta máquina era como el de la Campana de Libertad y velozmente se ha popularizado en los bares que ya solían poseer una o varias máquinas de este tipo.