Hace ahora un año, en agosto de 2013, Madrid sufrió una caída escandalosa de turistas —un 22% menos que el curso anterior— y el aeropuerto del Prat superó por primera vez al de Barajas. Saltaron todas las alarmas. Pero ello toco fondo en septiembre con la derrota por tercera vez consecutiva en los Juegos Olímpicos. Desde entonces la Comunidad, con la moral maltrecha y los ingresos turísticos reducidos, vive una resurrección en un sector vital para su economía (da trabajo a 327.000 personas, 26.500 más en lo que llevamos de año).
Lo señalan así los datos ofrecidos por la Comunidad: en el primer semestre han aumentado las pernoctaciones un 10,4% o un 8% los turistas extranjeros, y ha habido una mejora en ingresos derivados del turismo, con un incremento interanual del 12,7%. Pero Madrid sigue arrastrando puntos débiles, como son las cortas estancias —quien viene no llega a dormir dos noches— y los extranjeros, que siguen representando un porcentaje bajo del total si se confronta con otras regiones.
Joaquín Joaquín Castillo, director general de Turismo en la Comunidad de Madrid lamenta que se comparen Barcelona y Madrid continuamente. La capital catalana cuenta con mar (turismo de sol y playa) —lo que implica la llegada de cruceros atestados— y frontera próxima con Francia. Pese a ello, las cifras de turistas son muy parecidas entre ambos destinos, con la diferencia de que en Barcelona el 80% de los turistas son foráneos y en Madrid estos suponen el 50%.
Fuente: elpais
